23 dic 2010

Doña Clara y sus 6 Martines

" ...si te quiero es porque sos
mi amor, mi cómplice y todo
y en la calle codo a codo
somos mucho más que dos..."

Mario Benedetti - Uruguay (1920-2009)


Por esas traiciones del subconciente que mediante la magia de la tecnología son posible de materializarse al instante, inicie un nuevo tránsito hacia mi misma.

Estaba dormida todavía cuando le mandé un mensaje de texto a Luciana, [conciencia y cómplice eterna] , que rezaba: “como si fuera poco, soñé con Martín

Me contestó el hombre que duerme conmigo tres veces a la semana: “¿con cual de todos?

Lo que en cualquier pareja tradicional, hubiese significado un huracán de proporciones apocalípticas, se transformó en un improvisado y divertido desayuno cuyo eje central fue la revista de los Martines de mi vida.

Teniendo en cuenta sólo a quienes sobreviven las permanentes actualizaciones de la agenda del celular, y sus extravíos, actualmente hay 6. Y cada uno, a su modo es imprescindible en mi cotidiana resistencia.

Ser mujer, soltera, zurda, feminista y haber pasado los 30, requiere contar con armas y herramientas que nos aseguren una digna supervivencia.

Martin Eme es el hombre  quien, pago mediante, resuelve en mi hogar todo aquello que mi autonomía me niega y mi capacidad limita. Cambia los cueritos de las canillas, arregla las puertas, me rescata de inundaciones no previstas y endereza los estantes mal nivelados. Con una sonrisa paternal, me presta la amoladora y las llaves francesas, sabiendo que una crisis se asoma.

Martín Ese, tiene una función similar, pero es a quien le debo seguir siendo para la patronal una profesional idónea y responsable. Es el ingeniero de sistemas de la empresa, y corre a mi oficina y atiende devotamente cada una de mis pretensciosas demandas, que van desde recuperar archivos borrados como el informe de facturación del año pasado hasta desbloquear el filtro impuesto para evitar que los empleados perdamos nuestras horas de trabajo en las redes sociales.

Tan oficializado está su atención personalizada , que ante cualquier falla del sistema, mi jefe me llama pidiendome que interceda. La última vez, vino a limpiar los cabezales de la impresora acompañado de un pasante y él con esa risita irónica que tanto detesto les dijo: "Lo que faltaba, ahora vienen de a pares!"

Martín Ge, es uno de esos hombres que dejan huellas perennes en su paso por tu vida.  Su singular manera de provocarme lo  hizo imborrable. Es de esas personas que con su sola existencia validan la tuya. Siempre digo que toda mujer debiera pasar por la experiencia de compartir con él un retazo de tiempo. No tengo fotos suyas, tampoco las necesito, porque en cada célula de mi cuerpo hay un registro de su presencia. Hoy es una voz del otro lado de la línea y un abrazo en cada primavera, donde renovamos nuestras dudas [Si hubiese tomado ese avión, si no lo hubiese hecho, si hubieras dicho aquello que callaste] y  renovamos nuestras certezas [Algun día, en algún lugar]. Martín  Ge es eso, es mi piedra en el zapato. He aprendido caminar con ella, pero ahí está, cada tanto la molestia se renueva. Ahora todos saben que también soy la suya. Intento no pensar en ello, pero ser un capítulo de libro publicado realmente no ayuda.

Quien realmente ayuda es Martín Te, mi compañero, mi amigo, mi socio. Era compañero de la secundaria de un ex novio, con quien fuimos juntos a la Universidad. Pero donde nos hicimos realmente inseparable fue cuando empezamos a militar en el centro de estudiantes. Compañeros de marchas y asambleas, de debates filosóficos sobrios y apasionados y de etílicos papelones. Martín Te es una de esas personas a quienes llamas en  medio de una crisis de llanto ante un nuevo abandono, para que te lleve al hospital con un ataque de pánico y para que te desaloje el lavadero cuando un  murciélago te lo ocupa . Siempre responde, no importa el día, la hora o la distancia. Podría tirarme a un vacio de espaldas porque tengo la certeza de que sus brazos estaran allí para atenuar la caída.

No, no es gay. Sino más bien, todo lo contrario, es uno de esos tipos que toda hija quiere llevar a su casa. Cuando conocimos a Cecilia todo el mundo, incluidos Martín Te y yo, pensamos que estaba a punto de estallar la tercera guerra mundial. Pero ella, fue lo suficientemente inteligente como para además de conquistarlo a él, conquistarme a mí. Tenemos un tratado que nos hace felices a los 3. Yo no gasto más su sueldo, no elijo su ropa, ni respondo más de lo que me preguntan, y ella no cuestiona ni por un segundo el tiempo que me destina, que dicho sea de paso se ha reducido a una décima parte. Pero su sonrisa lo vale.

Martín Be, es mi acompañante durante las jornadas laborales, compartimos música, y mates virtuales. Hablamos de todo y nos leemos con atención. Luego de varios meses, muchos bromas, risas y confesiones [de toda indole] recién ayer descubrimos nuestros rostros. Nos quitamos los trajes. No hace mucho, una sabia mujer me enseñó, que una puede perderse en el laberinto de espejo que supone la virtualidad. Pero Martín Be, concretamente es eso: el mejor reflejo de mí misma.

Martín De es un consumidor empedernido de mujeres, y cómo otros tantos tiene la idea fija de meternos en su cama a María y a mí, y aunque no lo ha hecho explícito todavía, yo creo que lo que realmente lo motiva no es el hecho de hacerlo sino de lograrlo al mismo tiempo. Su aspecto  de encarnizada lumpenización no ha logrado borrar su ingenio, su perfume atabacado no disimula su sensibilidad y su poesía no eclipsa su hombría. Ambas, María y yo, sabemos que su oscuridad nos cegaría, pero algo nos impide dejar de convocarlo a nuestra mesa.

Mi madre siempre me decía que la inteligencia radica no en saberlo todo sino en saber donde encontrar lo que nos hace falta. 

Y a pesar de que mi teléfono  [inconciente] me grita que no tengo memoria suficiente, mi compañero de cama me alienta a seguir desarrollarndo mi multiplicidad. 

Porque después de todo, lo hace más libre, le permite descargar la mochila y reírse de la exigencia social de poderlo todo.

Cada una de las tres noches de la semana que elegimos compartir, la cama está despejada. No hay fantasma ni reproches. No lo intima mi potencia y su historia no me angustia . No hay disfraces ni etiquetas.

Habrá a quienes esto le parezca una maquinaria perversa. Lleva encendida 500 días. Y  funciona perfectamente para él, pero lo más importante es que funciona para mí. 

Quizás entonces, un día suceda. Quizás un día quiera y cambie el estado civil. Quizás con algo de tiempo [ y coraje ] decida pedirle el divorcio, a los 6.



"Amor sin nadie, vaya cosa triste, sin nada que abrazar, miedo a que nos abracen, amar con alguien, vaya cosa buena” - Mario Benedetti / De nada sirve - NTVG"

7 comentarios:

  1. El post es muy bueno, No se hasta que punto es ficcional o verídico, tampoco importa, pero es realmente bueno.


    Ahora, suponiendo que la historia relatada tiene algo de verídica, me llama la atención que venías lista para un cambio de paradigma, un desembarazamiento de la etiquetas y de golpe... ¨Quizás entonces, un día suceda. Quizás un día quiera"... pumba!!!

    ¿Por qué? ¿Por qué esa necesidad de la etiqueta? ¿Falta algo? Y encima en tercera persona "quiza un dia quiera..."

    Esa última parte m..., es como que al final el post mostró la hilacha... pero como post no deja de ser muy bueno.

    Saludos,

    Seba (@sebapalacio)

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  2. Clara : Gracias por la mención y gracias por lo de sabia ( yo diría que estoy en PROCESO DE AVIVARME)

    De todos tus Martin me interesa elprimero MARTIN M , Es el hombre perfecto solucionador de problemas
    hogareños

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  3. Hola Claris...me gusto mucho, creo que nadie tiene el manual para llevar la vida, las emosiones.. yo pense que era la unica descocada, pero no jajaja...si con cada cualidad de cada uno armaramos uno? creo que aun asi no seria ideal. Lo que si, a dos de los Martin ya los hubiera mandado a cagar...Las cosas claras, directas y concisas nunca te llevan a una confusión absurda- mi autoria- besotes....ya sabes quien soy

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  4. genial amiga...tengo dudas sobre la identidad de algunos seres o si están fusionados o desdoblado el mismo en 2 como hacen ciertos escritores...quién como tu! x aqui no pasa uan! jajja pero no me molesta tampoco...
    TODA escritura es autobiográfica de todos modos (para Seba q tenía dudas de la veracidad más arriba)
    abrazo fraterno!

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  5. Seba: Después de todo soy una mujer. Romper los romper los paradigmas, obliga a desaprender lo aprendido, desfondarse y también implica recuperar que de aquello que renegamos no podemos escapar. Gracias x tu comentario.

    Anónimo 1 : Querida Hada. Martín Eme, es el que menos pide y el que más da. A menos en cuanto a hacernos la vida más tranquila. gracias. Por todo!

    Anónimo 2: Barbarita: La vida es tal que una lucha x superarlo todo. pero no siempre es posible. De cualquier forma, soy una extremista, nunca lo olvides. Besos

    María: compañera de aventuras, rueda de catarsis y experiencias literarias, mi inspiración, ud le ha respondido con su aporte a más de uno.
    Yo no voy a hacerle la tarea sencilla aud, que me conoce como nadie.
    Besos
    A seguir dibujando

    ʚϊɞ

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  6. La mitad de lo que escribís no lo entiendo, por la sencilla razón de que soy hombre y uno de pocas luces.
    Pero el 100% de lo escribís me parece tan bellamente escrito, que vale la pena leerte aunque escribieras sobre corte y confección.

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  7. No me canso de leerlo y a lo largo del relato no sé quién es más adorable : los Martines o vos. Excelente. Besos!

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"las palabras no valen sólo por su significado sino por el efecto que producen"
...Gracias...ʚϊɞ